● Pablo Araújo●Hay otra dimensión desconocida de infinitas posibilidades, ofreciéndose, acelerándose y desquitándose como una burbuja vibrando en la nada. No es muy difícil destramar la estafa; existe un puñal que César nunca recibió en su pecho, existen el verso y la vereda que el poeta no consiguió adivinar. Existen otros nombres rellenando otros libros de otra historia, existe la galaxia que nunca estalló, existe el valor computable de cero y en algún lugar seguramente yo mismo he caído muerto herido por flechas.
O quizá en algún resquicio ahora mismo presencie sobrecogido una tormenta, es posible que en Saük o en las minas del Amaime mis ojos lo aprueben como cierto y puede que entonces, y sólo entonces sea lícito el llanto o una cierta impresión de colapso. Lo fascinante de las cosas que están por venir es que de alguna manera ya han tenido lugar; confitadas en un espacio, en un momento que ya sabemos imperceptible por inconcretable y que aún así, nos pertenece. Tratar de destramar la estafa tiene algo de museo visto desde fuera. Una ilusión tangible.
O quizá en algún resquicio ahora mismo presencie sobrecogido una tormenta, es posible que en Saük o en las minas del Amaime mis ojos lo aprueben como cierto y puede que entonces, y sólo entonces sea lícito el llanto o una cierta impresión de colapso. Lo fascinante de las cosas que están por venir es que de alguna manera ya han tenido lugar; confitadas en un espacio, en un momento que ya sabemos imperceptible por inconcretable y que aún así, nos pertenece. Tratar de destramar la estafa tiene algo de museo visto desde fuera. Una ilusión tangible.
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